Cuando hace un tiempo, decidí intentar obtener mis propios perfumes, creí que nunca lo conseguiría. Al empezar, me preguntaba porqué sentía este fuerte impulso creativo en el sentido de concebir nuevas fragancias. A medida que pasaba el tiempo y analizando recuerdos del pasado, iba encontrando respuestas.
Así, casi de golpe, sentí la necesidad de escribir la novela “Las Fragancias Olvidadas de Ultramar” en la que se puede encontrar una explicación a mis repentinas y dormidas ansias hacia los perfumes que han dado sentido a mi vida olfativa.
Y mientras desarrollaba la novela que daría explicación a todo mi universo sensorial, encontré personas de gran calidez, de cualidades humanas inmensas, como el gran maestro perfumista Rosendo Mateu y como la antropóloga y también perfumista Irene Gisbert que me animaron y me ayudaron en la misión.
En los perfumes de autor se tiene en cuenta la inspiración del perfumista y la calidad de los materiales empleados por encima de todo. Solo así se consigue llegar al final del viaje olfativo a través de la inspiración del creador de la fragancia.
En los perfumes de autor, cada fragancia resultante tiene su historia y está repleta de recuerdos personales difíciles de relatar a través de la palabra e incluso del pensamiento. Alejándose de las tendencias del mercado y de los intereses del éxito masivo, los perfumes de autor no tienen en cuenta el coste, y sí la calidad de las materias primas y la sobriedad y la tradición en los procesos.
En ZEP TORRENZ, actuamos así y priorizamos la calidad y la identidad de nuestros perfumes por encima de los intereses comerciales, dirigiendo las ventas a clientes exclusivos que valoran la personalidad y las expresiones olfativas de nuestras fragancias.